Lo Que Te Hace Bien: Cada Cuerpo Tiene Sus Propias Reglas
Tu manera de comer puede ser única, y eso está bien
Hay algo que deberíamos escuchar más seguido:
“No tienes que comer como los demás para estar bien.”
En el mundo del bienestar, hay muchas voces diciéndonos qué comer, qué evitar, cómo debe verse “una alimentación saludable”. Pero algo esencial que muchas veces se olvida es esto: lo que te hace bien a ti puede ser distinto a lo que le hace bien a otra persona.
Y no solo está bien… ¡es natural!
Cada cuerpo es distinto
Tu cuerpo tiene su propia historia.
Tal vez has pasado por cambios hormonales, digestivos, emocionales.
Quizá hay alimentos que antes disfrutabas y hoy no te caen igual.
O al revés: puede que estés redescubriendo lo que realmente te nutre.
La verdad es que no hay una sola forma de comer que funcione para todos.
Y eso no te hace “complicada” ni “difícil”. Te hace humana.
Lo que necesitas puede cambiar, y no pasa nada
A veces seguimos comiendo de cierta manera solo porque “siempre ha sido así”, aunque ya no se sienta bien en el cuerpo.
O intentamos seguir una dieta que le funcionó a alguien más… y nos frustramos porque no tiene el mismo efecto en nosotras.
Pero tu cuerpo cambia. Tus emociones cambian. Tu estilo de vida también.
Y es completamente válido que tu forma de alimentarte evolucione contigo.
La clave no es la perfección, sino la escucha.
Comer bien no significa comer igual que todas
Quizás tú necesitas desayunar fuerte y otra persona prefiere algo más ligero.
Quizás una amiga dejó el pan y se siente increíble, pero tú lo disfrutas y no te hace daño.
Tal vez alguien más necesita cinco comidas al día, y tú estás bien con tres.
No se trata de copiar. Se trata de conocerte.
Hazte preguntas como:
¿Qué me da energía real?
¿Qué alimentos me hacen sentir inflamada, pesada, o incómoda?
¿Qué me da placer y también bienestar?
No para castigarte ni restringirte, sino para entenderte.
En resumen
No necesitas seguir las reglas de nadie más.
Tampoco necesitas pelearte con la comida.
Solo necesitas volver a ti, poco a poco, con más compasión.
“Mi cuerpo es mío. Mis necesidades también. Y tengo derecho a descubrir lo que me hace bien, a mi manera.”